El pasado 5 y 6 de octubre fue la WordCamp Barcelona 2018 y como se suele decir (y Juan Hernando nos ha recordado en numerosas ocasiones):
Una WordCamp no termina, hasta que se escribe sobre ella.
Por qué era importante para mí
Después de haberme pasado todo el año con los dientes largos al ver a compañeros asistir a gran parte de las WordCamps de España, tenía claro que la de Barcelona no me la iba a perder por nada del mundo. Por esa razón, en cuanto los organizadores hicieron la llamada a voluntarios no me lo pensé ni un segundo.
Además, para mí era importante no perderme esa WordCamp, no sólo porque al ser en Barcelona por fin me lo podía montar logísticamente, sino porque uno de mis objetivos de este año era forzarme a conocer mejor a las personas que hacen posible WordPress: su comunidad.
Parte de la culpa la tiene Joan Artés, cuando a finales de marzo me propuso dar una charla en la meetup de Barcelona y fue tal el chute de energía, que me entró el gusanillo de salir de mi cueva en la montaña. Así fue como me obligué a utilizar Twitter, herramienta que tenía abandonada, para empezar a seguir a todo aquel que tuviera que ver con WordPress en nuestro país y no perderme nada.
Durante este tiempo he estado conociendo a muchos profesionales y con alguno de ellos he hecho muy buenas migas, por eso tenía muchas ganas de conocerlos a todos en persona y, a pesar de que no pude coincidir con algunos, por fin desvirtualicé a gran parte de ellos (y volví a coincidir de nuevo con los que ya conocía por cercanía).
El preludio
Días antes de que empezara el evento Javier Quilez hizo una estupenda labor para intentar que los voluntarios conociéramos a los ponentes y no llegáramos a la WordCamp con cara de dónde me he metido, no conozco ni al tato y se inventaron el concepto de sombra. A cada ponente se le asignó un voluntario para asegurar que todo fuera bien y a mi me tocó el gran Fernando Puente.
El Contributor Day
Llegó el día del contribuidor, momento en que todos los asistentes se ponen manos a la obra para devolver un poco de lo que recibimos de WordPress. En mi caso opté por la mesa de temas, donde Darío Balbontín se marco una clase magistral sobre todo el proceso de revisión de temas del repositorio y todos los requisitos que éstos deben cumplir, muy interesante.
Gracias a ello, junto con Javi Díaz y Nahuai Badiola nos pusimos a revisar un tema (sí, vamos un paso más allá del pair programming) pero debo reconocer que el estar tanto tiempo sin reunirme con compañeros del sector hizo que me pasara el día charlando con unos y otros, conociendo mejor sus proyectos y por qué no admitirlo, intentando dar a conocer el mío 🙃.
Aprovecho para dar las graciasde nuevo a Nahuai y a James Kockelbergh por el corrillo que formamos de membership sites y todo lo que aprendí con ellos.
Finalmente, JuanKa Díaz y Javier Casares me sorprendieron asignándome una mini charla informal sobre el amigo Gutenberg (quien les dice que no con lo buena gente que son jeje) y a pesar de ser algo totalmente improvisado, es hablar de Gutenberg y sube el pan.
El sarao
El Contributor Day finalizó y nos fuimos a tomar algo antes de que fuera la hora de la cena de organizadores, ponentes y voluntarios. Allí nos lo pasamos en grande con el pozo de sabiduría que es Javier.
Finalmente fuimos a cenar todos juntos a un restaurante donde, a parte de comer muy bien, echamos unas buenas risas con Daniel Restrepo, Violeta Bru y Aleix Martí, hasta que llegó la hora de irse, que el día siguiente tocaba madrugar.
El WordCamp Day
Habiendo dormido escasas 4 horas, eran las 7 y media de la mañana y ya estaba en la Universitat de Barcelona, un escenario imponente y emblemático para dar ponencias.
Después nos reunieron a todos los voluntarios, nos pusimos el uniforme de minion y se nos recordó cuál era la tarea de cada uno. Aquí comenzó propiamente mi trabajo como voluntario.
Junto con Daniel y Ana Cirujano nos encargamos de preparar la zona de comida, subiendo mesas y colocándolas (y recolocándolas 💪💪) según las órdenes recibidas. Fue una buena manera para hacer pasar el sueño.
El resto de la jornada me lo pasé controlando los tiempos a mi ponente asignado y haciendo de pipa en varias charlas o lo que es lo mismo, siendo el amo y señor del micro en los turnos de preguntas, primero el aula magna, gobernada por JuanKa y finalmente en la sala Paraninmf, custodiada por Joan Boluda, al que por fin pude conocer también, puesto que me acompaña en todos los paseos con mis perras gracias a sus podcasts.
Como curiosidad, también nos tocó hacer de porteros de discoteca junto con Magui Requejo para que nadie se perdiera la foto de grupo.
Otra de las cosas que más me ilusión me hizo de la jornada es que por fin pude conocer en persona a algunos de los miembros del Club SiliCodeValley y poder intercambiar opiniones con ellos.
Resumiendo
En definitiva fueron dos días intensos donde el buen rollo abundó en todo momento, donde conocí nuevos amigos y sobretodo donde los que somos autónomos y tenemos un negocio online (que muchas veces resulta un trabajo muy solitario) tener la oportunidad de reencontrarte con tus iguales aunque sea una vez al año, te recarga las pilas.
Mil gracias a los organizadores por vuestro buen saber hacer y haberme dado la oportunidad de formar parte de ello.
Crédito de la imagen destacada del artículo a Ramiro T. Argentona.