¿Realmente quieres ser diseñador y desarrollador web freelance?

Freelance

Muchas veces leo blogs donde se habla sobre diseño o desarrollo web y en muchos casos se habla de ello como si fuera la panacea, que cualquier persona puede optar a ser diseñador o desarrollador web sin apenas esfuerzo y montarse en el dólar.

Lo que me sorprende es que muchas de esas personas que hablan del tema, se dedican a configurar WordPress en un hosting e instalarle una plantilla gratuita o que previamente han comprando en algún marketplace como Themeforest, y luego sólo se han encargado de configurarlo desde el Dashboard (panel de administración) e instalado varios plugins. Con esto no pretendo criticar a aquellas personas cuyo negocio se basa en lo anterior, ni mucho menos, es 100% respetable y en algunos casos muy rentable. Pero opino que esto poco o nada tiene que ver con el diseño o desarrollo web.

Para poder diseñar y desarrollar webs se requieren ciertos skills, como aprender HTML, CSS, JS, PHP… y un sinfín de lenguajes de programación web o frameworks. También es bueno saber manejar un editor de gráficos como Adobe Photoshop o Sketch, y si además provienes de la rama de la ilustración o el diseño gráfico pues mejor. No obstante tampoco es necesario ser un gurú de todo lo anterior, como ya hablaré en un futuro artículo. Pero hoy quiero hablarte sobre las ventajas e inconvenientes de esta profesión en su versión freelance y lo haré dando mi punto de vista.

Ventajas:

La primera ventaja que se me viene a la cabeza es la “libertad” y lo pongo entre comillas porque también es una desventaja. Ser freelance te otorga una serie de libertades que trabajando como empleado no siempre puedes optar.

Para mi la más importante de esas libertades es que tú decides qué hacer y qué no hacer. Eres dueño de tu tiempo y si un potencial cliente te solicita un proyecto y éste no te atrae lo más mínimo, para nada estás obligado a ser tú quien lo realice — al contrario de lo que sucedería como empleado, donde se debe hacer lo que dicte un superior.

También dispones de libertad horaria, que no quiere decir que te levantes a las 12h del mediodía o que no tengas horarios, pero sí que tú eliges en qué momentos del día te va mejor trabajar. Quizás seas mucho más productivo por las noches o en ciertas horas del día. Esto permite una mejor conciliación familiar y laboral, ya que no tendrás que hacer malabares para poder llevar a tu hijo a la escuela o podrás decidir si una tarde la dedicas a tu pareja.

Posee la gran ventaja de ser lo que los americanos llaman “Location Indepence”, es decir, que puedes trabajar desde casi cualquier lugar, siempre y cuando dispongas de un ordenador (sea portátil o no) y de una conexión a internet. En mi caso trabajo desde casa, cosa que me encanta, mientras mi perro me hace compañía. En cambio, otros colegas prefieren trabajar desde un café o en espacios de coworking, ya que así se pueden generar nuevas oportunidades de forma más directa con otros profesionales. A esto debemos sumarle una nueva corriente que cada vez está más en auge llamada “Nómadas Digitales”, formada por profesionales que ejercen su trabajo al mismo tiempo que viajan por el mundo — si esto te llama la atención te recomiendo el blog de Sergio Sala, Se Leyenda que trata a fondo sobre ello.

También es una profesión que te otorga libertad de ingresos. Al contrario de lo que sucede con un trabajo normal y corriente, aquí no existe un techo ni a la alza ni a la baja. Eres tú quien decide lo que cobras por tus servicios. Lo que significa que si eres realmente bueno en tu trabajo, puedes cobrar un precio elevado por él y tener unos ingresos más altos de los que tendrías como asalariado.

Por último y no menos importante, creo que es una profesión muy agradecida. En cierto modo creamos arte en nuestros diseños y es realmente fantástico ver cómo, a partir de la idea del cliente, el proyecto va cogiendo forma hasta convertirse en un bonito sitio web. Además, al ser freelance eres tú quien da la cara frente al cliente y le muestra todos los avances, que opino que es más variado que pasarte 8 horas “picando” código en la oficina.

Inconvenientes:

Más que inconvenientes me gustaría mirar con otro prisma algunas de las ventajas anteriores, es decir, mostrar la letra pequeña que muchas veces nos olvidamos de leer antes de firmar un contrato.

Los clientes no suelen venir solos, hay que buscarlos. Con esto no digo que no puedan ser ellos quienes te contacten, pero por norma y debido a la altísima competencia que tenemos los diseñadores y desarrolladores web, será necesario “levantarse de la silla de escritorio” e ir a buscarlos.

Es cierto que tienes libertad horaria y eso en muchas ocasiones se traduce por tener que trabajar más horas que un reloj, incluyendo muchos fines de semana o festivos si el proyecto así lo exige.

La incertidumbre. Personalmente, no podría vivir sin ella, es como una droga que te mantiene siempre alerta: el no saber qué pasará. Pero no a todo el mundo le gusta esto y en muchas ocasiones produce alto estrés y ansiedad. No obstante, si alguna vez te han ofrecido un trabajo fijo para toda la vida y tu primera reacción ha sido salir de allí pitando, estás en el sitio correcto.

Algunas veces te tocará hacer lo que no quieres hacer. Sí, ya me estoy contradiciendo, pero no siempre la vida es de color de rosa y más de una (y de dos) veces te va a tocar “comerte con patatas” un proyecto que no te apasiona, ya que habrá épocas donde los clientes no abunden. Sobre todo si estás empezando y necesitas ingresos con urgencia para pagar el alquiler o mantener a tu familia.

Además, descubrirás que de todo el proceso —desde que te contacta el cliente hasta que le entregas el producto acabado— habrá partes que no te apasionan nada. Tal vez, sea la parte de tener que lidiar con el cliente, porque lo que realmente te gusta es programar, o tal vez sea tener que elaborar presupuestos o gestionar el resto de burocracia. Por suerte, esto lo descubrirás desde tu primer cliente. Pero desgraciadamente, para poder hacer algo que te apasiona, también deberás realizar pequeñas cosas que no.

Antes te dije que trabajo desde casa y esto es un arma de doble filo. Para poder ejercer desde tu salón, o si tienes suerte y espacio desde “tu oficina” en casa, necesitas mucha disciplina y adquirir ciertos hábitos. Hay personas que no son capaces de autogestionarse y si ese es tu caso, tal vez ésta no sea tu profesión ideal. Trabajar desde casa es igual que trabajar en una oficina, pero con la ventaja de ahorrarte los traslados y el coste del alquiler. Por lo tanto, necesitas igualmente unos horarios y una lucha continua contra la procrastinación. Además, deberás hacer entender al resto de personas que conviven contigo de que estás trabajando y que por ello, ni vas a realizar tareas de casa ni irás a comprar el pan, en tus horas de trabajo, pero tampoco te pasarás el día jugando a videojuegos (por suerte no me apasionan nada).

Tú eres responsable de tu trabajo, para lo bueno y para lo malo. Somos humanos y nos equivocamos. Tal vez trabajando para una empresa te puedes escaquear de dar la cara si la has cagado, pero aquí esto no es posible. Ser un profesional requiere responder ante problemas y dificultades, no podemos enterrar la cabeza como haría un avestruz. A lo largo de tu carrera es posible que tengas que lidiar con algunos clientes a los que mandarías donde ya sabes, pero que como profesional como la copa de un pino que serás, nunca te dejarás llevar por tus emociones (jeje).

Y finalmente, otro de los inconvenientes es la altísima competencia y el desconocimiento por parte de muchos clientes de lo que supone el diseño y el desarrollo web. Si me dieran un euro por cada vez que he oído que una web es mucho más fácil de crear que una app móvil ahora sería rico. Cuidado, no digo que no lo sea, tengo un humilde conocimiento en el desarrollo de apps para iOS y sé lo que cuesta, pero todo depende del caso en concreto, conozco muchas aplicaciones web que son mucho más complejas de crear que ciertas apps que no hacen nada. Además, existen muchísimos perfiles de desarrollador web, cada uno con su grado de dificultad. Resumiendo, este pensamiento generalizado sumado a la competencia, a veces provoca que cuando presupuestamos un precio justo a un potencial cliente, éste te responda perlas como: “si yo esto con Wix lo saco gratis”. Pero tranquilo, si eso te pasa es que no te estás dirigiendo a un target correcto, lo que tú ofreces no es para él.

Éstas son todas las ventajas e inconvenientes que se me ocurren. Llegados a este punto te toca poner ambas en una balanza, ser honesto contigo mismo y valorar si ésta es la profesión que deseas. No obstante, tan sólo he compartido mi visión personal y por tanto está sesgada por mi experiencia. Te animo a compartir tu opinión y sobre todo a empezar tu carrera para que seas tú, quien habiendo experimentado en primera persona esta profesión decidas si es para ti o no.

Un abrazo,

@DavidPeralvarez

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