Si tuviera que definir lo qué significa para mí ser freelance (profesional independiente) lo definiría con la palabra compromiso. Seguro que si tú también lo eres lo definirás de forma distinta (tal vez en España debido a la burocracia, lo llames calvario). Pero en este primer post sobre la temática freelance no pretendo hablarte de las ventajas o inconvenientes de serlo. Quiero hablarte del compromiso.
Si estás pensando en dar el gran paso de convertirte en tu propio jefe, debes saber que hay consecuencias: algunas buenas y otras no tan buenas. Dado que a priori no sabes con lo que te vas a encontrar, ya que hasta que no te lances a la piscina todas las cosas que asumes no son más que suposiciones, te toca comprometerte con tus objetivos, con tu visión, con alcanzar el éxito (ya hablaremos sobre ésto más adelante) o lo que sea que estés persiguiendo.
Quiero dejar claro que para mí ser freelance no es nada fácil. Me requiere un esfuerzo continuo que parece no tener fin, una constancia que ni las hormigas creo que tengan, sacrificar muchos aspectos de mi vida (personales y económicos) y una lucha diaria para mantener la motivación. Sin embargo considero que es de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.
Por eso compañero/a ahora que estás justo en el inicio del camino te pido que seas honesto contigo mismo. Ser freelance va a suponer que tu vida se convierta en una montaña rusa. Si eres como yo y éstas te gustan, genial, pero ten en cuenta que esta montaña rusa no avisa cuando vendrán las subidas o bajadas (o los loopings) y es por ello que deberás comprometerte a seguir montado en ella venga lo que venga, a disfrutar de lo bueno y a salir más fuerte de lo no tan bueno.
Y tú, ¿qué opinas? ¿qué palabra crees que define mejor ser freelance?
Un saludo,
