Hoy por fin me han puesto la primera dosis de la vacuna del maldito bicho.

Al final, después de mi cagada al cancelar la primera hora que me dieron, tan solo me ha costado 187 intentos más volver a obtener cita.

(Gracias a mi sobrino por contar el número de SMS que recibí en cada intento)

Y por supuesto no me han vacunado al lado de casa donde hay un centro gigante dedicado a ello, me ha tocado ir a otra ciudad.

Por algún motivo al entrar en la consulta no he sentido la llamada imperiosa de hacerme una foto. ¿Será que ya no molo nada?

Y creo que la persona que me ha pinchado lo ha agradecido porque ha tenido un cuidado extremo al vacunarme. Es la recompensa de renunciar al postureo.

A lo que no hay que renunciar nunca en nuestro sector es a la formación continua.

Estos días estoy publicando vídeos muy chulos del proceso de creación de un plugin que toca muchos palos distintos: desde crear una nueva tabla en la base de datos, hooks, JS, Ajax...

https://silicodevalley.com/lab/como-limitar-el-tiempo-de-acceso-a-un-post/

David Perálvarez