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Desde siempre en casa he tenido colgado el sambenito de ser un capitalista.
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Cuando era pequeño mi abuelo me pedía que imitara a Chiquito de la Calzada y yo accedía a ello siempre y cuando me diera una moneda de 500 pesetas.
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Mi actuación era lamentable pero a cambio lograba aumentar mi patrimonio, para luego invertirlo en lo que estuviera de moda (seguramente cromos o tazos).
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Ayudar a los demás está muy bien y lo hago de forma desinteresada siempre que puedo y la persona lo merece.
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Pero muchas veces ocurre que los que nos dedicamos a esto de la creación de sitios web y nos gusta nuestro trabajo, nos confunden con consultores siempre dispuestos a trabajar gratis.
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Es por eso que solo resuelvo dudas a los alumnos que están pagando por mis cursos.
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Por respeto. Ellos respetan mi trabajo al pagar por él y yo les atiendo con la atención que merecen.
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Si por eso voy a ser considerado un cerdo capitalista, cuando me muera podrán hacer jamones conmigo, que además tengo las piernas fuertes de tantas sentadillas.
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Y de igual modo que no se nos ocurre que un profesor no cobre por educar a nuestros hijos, no regales tu trabajo. Eso solo perjudica a nuestra profesión.
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Yo vivo de mis servicios y de vender fabulosos cursos (a mí me lo parecen) que encontrarás aquí:
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