Estos últimos días no paro de ver noticias acerca de los despidos masivos que se están produciendo en las grandes tecnológicas.

Empresas como Meta (Facebook, Instagram y WhastApp), Stripe, Alphabet (Google), Netflix, Amazon ya están pegando auténticos hachazos en su plantilla. Y recientemente Elon Musk ya ha aplicado iguales medidas en Twitter.

Al parecer durante la pandemia, con todos encerrados en nuestras casas, sin poder gastarnos la pasta en salir a cenar fuera, todas ellas crecieron una barbaridad.

De hecho recuerdo leer en LinkedIn y Twitter ofertas de trabajo a programadores dignas de estrellas del rock y todavía más, a compañeros cambiar de empresa cada pocos meses, ya que cada una nueva, les pagaba más que la anterior.

Pero como todos sabemos estamos entrando (o mejor dicho ya estamos dentro) de una nueva crisis económica que parece que va frenar el crecimiento imparable de estas empresas.

Es curioso que desde bien joven tuve el sueño de crear mi propia startup en Silicon Valley o el de trabajar para alguna de las anteriores empresas mencionadas. Aunque supongo que eso ya te lo imaginabas dado el nombre de la academia.

Pero lo cierto es que desde hace unos 8 años ese sueño se disipó y dejó de interesarme. Prefiero poder trabajar por cuenta propia, sin jefes, sin regalar horas extra, desde dónde quiera y en el horario que quiera.

Y ser el responsable máximo de todo lo bueno y malo que me pase, para no poder hacer lo típico de echar la culpa siempre a otros, ni tener que pisar a otros para seguir creciendo.

Son precisamente los dos anteriores párrafos lo que respondo cuando algún potencial alumno me pregunta si gracias a mis cursos podrá trabajar en Silicon Valley.

Mis cursos no persiguen ese objetivo.

David