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El cringe es la manera que tienen los millennials (y los que vienen luego, cuyo nombre no recuerdo) de llamar a la vergüenza ajena.
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Suelo hablar bastante con un amigo sobre este tema porque en nuestro oficio a veces es necesario exponerse de forma pública.
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Porque está muy bien ser un crack del desarrollo WordPress pero si nadie lo sabe, del aire no vas a vivir.
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¿Recuerdas cuando se puso de moda que profesionales digitales salieran en TikTok haciendo bailecitos y señalando el aire mientras ponían caras de seductores?
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Pues esa sensación que has sentido al leer el párrafo anterior es el cringe.
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Y desde ya quiero romper una lanza en favor de todos los que se atreven a exponerse:
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- Ya sea bailando "Despechá" en TikTok mientras te hablan sobre negocios digitales.
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- Compartiendo hilos de herramientas plagiados de cuentas americanas en Twitter.
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- Mostrándose en historias de Intagram diciendo la frase "Muchos me habéis pedido" cuando nadie lo ha hecho.
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- O escribiendo un correo al día intentando no aburrir al personal.
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Todos ellos merecen mi total respeto por estar intentando dar a conocer su negocio.
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Por mucho cringe que demos (me incluyo) ya considero que estamos un paso más allá del que vive encerrado en su casa quejándose de que no hay trabajo alrededor de WordPress.
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A dar cringe no puedo enseñarte porque eso se lleva por dentro.
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