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El otro día leí un artículo de esos que Android te recomienda que son puro click-bait.
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Venía a decir algo así como "Este es el desayuno que recomiendan en Hardvard y no es lo que te esperas".
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Al acabar de leerlo lo tuve claro.
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Recientemente me he estado leyendo el libro de Hábitos Atómicos y me siento un tío nuevo, empoderado y capaz de no fracasar en mi nuevo intento de enviar correos diarios.
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Por lo que aplicando lo aprendido en el libro, iba a unir mi nuevo desayuno hardvariano al hecho de sentarme a escribir un correo.
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Así que me puse en marcha, me dirigí al Mercadona más cercano, compré yogures sin azúcar y sin sabor, cereales aún más insípidos, unas nueces y bolsas de frutos rojos congelados.
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Lo de la fruta congelada lo decía la profesora de Hardvard porque le daba palo depender siempre de si tenía o no fruta.
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Y aquí estoy cumpliendo un día más, son mis 9 de la mañana y espero haberte animado a adquirir un nuevo hábito:
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Apúntate ahora que el libro dice que si empiezas mañana, al ser lunes, eso es un puto a favor de para crear un hábito.
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